Ya pasó un tiempo para dejar que decanten algunas experiencias de las que siempre nos queda, como un plus, mucha energía y placer. De esas innumerables experiencias, podemos extraer algunas cositas para compartir. Compartir eso que, en un principio, nos había parecido raro o freaky y que, ahora lo vemos como parte de un universo donde las posibilidades de ser son muchas.
Estadísticas propias, basadas
exclusivamente en nuestra azarosa experiencia personal, nos dicen…
- Que los
docentes aportan una importante cantidad de miembros a la
sorprendentemente numerosa cofradía sw.
- Que zonas
como Canning, Nordelta y Belgrano, están a la cabeza, con mayor densidad
de sw.
- Que, pasados los 40/45, las
mujeres están mucho mejor que los hombres… mujeres muy
cuidadas con espectaculares lomos y hombres con espectaculares panzas.
- Que los
hombres son, en su mayoría, hétero y las mujeres, predominantemente bi, en
todas sus variantes, decididamente bi o bi-curiosas.
- Que tanto
mujeres como hombres, están depilados.
- Que es un
ambiente cerrado, vuelto sobre sí mismo, como una cofradía o club secreto,
donde el sólo hecho de pertenecer
te hace confidente…
- Que, sin
embargo, es muy difícil hacer amigos, porque la vida sw y la vida pública
son compartimentos estancos que no se comunican entre sí.
A lo largo de este año y pico
conocimos un montón de parejas… muchas chateando, algunas menos, tomando un
café y, muchísimas menos, habiendo concretado algún encuentro.
Mencionábamos, más arriba, las “posibilidades de ser”… toda esta nueva experiencia amplió nuestra capacidad de comprender distintas formas de encarar el sexo, la pareja, las relaciones en general.
La cantidad de “tipos de búsqueda” y de “perfiles” es notable y, lo que hasta hace un tiempo, podía parecernos “bizarro”, hoy se nos presenta como una elección o una preferencia respecto de las relaciones, no sólo de las relaciones sexuales.
Están los que no quieren. ni
siquiera. saber el nombre de aquellos con los que comparten un fugaz encuentro
sexual en algún oscuro rincón de un boliche sw.
Los que van deseosos de que la
pareja con la que se encuentran, en un café, para conocerse, termine de
convencer a su propia pareja para iniciarse (en general el hombre es el que quiere
que convenzan a su mujer).
Los que quieren concretar en el
momento, denominados “palo y a la bolsa”, los que prefieren tomarse su tiempo y
concretar en un segundo encuentro, y los “vuelteros”, que no concretan nunca.
Los que van a ese “café” con ganas
de contar sus experiencias y nos incitan a que las traslademos al blog y los
que se quedan callados esperando que nosotros seamos los que “contemos algo”.
Hacía tiempo que veníamos
pensando en escribir este post, son tantas las historias interesantes que
fuimos conociendo, que en un momento se escribió solo.
Conocimos un matrimonio que son
pareja, desde los 15 años, primera pareja, que luego de más de 30 años están a
full con el sexo luego de sumergirse en esta vida, sin dejar, nunca, de abocarse
a sus profesiones y a su familia. Alguna vez, escribimos un post en el que
expresábamos que… “no hay que relajarse”… ésta pareja, que buscó renovarse, que
no quiso quedarse en lo conocido, en lo cómodo, en lo “seguro”, en nuestra opinión,
resume la idea de “no relajarse”.
Otro caso de un matrimonio,
también de muchos años, que un día blanquearon sus infidelidades y a partir de
allí acordaron tener una pareja abierta, cada uno sale por su lado y potencian
su sexo al contarse sus aventuras.
Las parejas donde ellas buscan a algún solo, en algún boliche, incentivadas por su marido, para luego sumarlo en un trío.
Hemos conocido parejas que han incorporado a un tercero (o tercera) para mantener como integrante permanente, por lo que funcionan como pareja o como trío estable.
Un caso nos motiva a hacer un punto y aparte…
Él, aprovechando la
convalecencia de ella, en cama, después de un accidente, como ella estaba muy
aburrida porque su convalecencia se hacía larga, le “regaló”, para entretenerse,
un perfil de “sola” en una web de encuentros. A partir de ese momento, ella tiene
encuentros con varios de sus contactos, hombres con los que chatea habitualmente
y les da consejos de amiga. Sus escapadas pueden ser a cualquier hora del día y
él se regodea cuando puede ubicarla por el GPS que tiene conectado al celular
de ella imaginando la zona en la que está, quizás en un hotel con alguno de
ellos. Pero a la vez, aún no se decidía a tener un intercambio con otra pareja
porque ella creía no poder bancarse los sentimientos que le surgirían si viera a
su marido tener sexo con otra mujer.
Hacía rato que teníamos el post casi terminado, pero no se nos ocurría un buen remate.En un momento, nos dimos cuenta de que este post no era una historia… … era simplemente una especie de ”raconto” de experiencias vividas en este “universo swinger”. Simplemente, queríamos compartirlo…